¿Quién dice que la Virgen no sale esta tarde rodeada de niñas vestidas de mantilla y con los niños portando la pequeña cruz que la acompaña?
¿Cómo, que tampoco vamos a salir rezando el Rosario de sus Dolores con Ella por las calles de nuestro pueblo, Guadalcázar?
Pues este año, más que nunca, Ella, la Madre Dolorosa, está con todos nosotros, acompañándonos en cada momento, alegrándose con los juegos de los niños y niñas, que valientemente se quedan en sus casas y son los más guerreros. Este año Ella nos porta a tod@s con nuestro sufrimiento por la pandemia.
Este viernes, la Madre Dolorosa, que acompaña a Su Hijo en su pasión, ruega a Él por toda la humanidad, pide su misericordia para nosotros.
Por eso nosotros, todos, hoy, la acompañamos en su terrible dolor, rezaremos junto a Ella el Santo Rosario, como cada día, pero el de hoy será diferente. Porque vamos a seguirla orando la corona de sus siete dolores.
Nos situamos junto a Ella cuando Simeón le profetizó que una espada traspasaría su corazón, cuando tuvo que huir a Egipto con José y su pequeño niño, cuando se le perdió el Hijo durante tres angustiosos días, cuando se encuentra con Jesús camino del calvario, durante la crucifixión y agonía, cuando le traspasaron el costado y después lo recibió muerto, cuando lo enterró y quedó en soledad....Ella que había tenido en sus brazos al Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora se lo devuelven muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados.
Ayúdanos, Madre dolorosa, a que sepamos amar a Jesús como él nos amó, a que seamos dignos vasallos de tan gran Rey y sepamos ser humildes como él lo fue, Y que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus virtudes. AMÉN.
¡SANTÍSIMA VIRGEN DE LOS DOLORES, RUEGA POR NOSOTROS!
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