Hoy hemos hemos venerado a la Virgen de los Dolores, lo hemos hecho como a Ella le gusta, recogiéndonos en oración, rezando el Rosario de sus siete dolores. Los hemos recordado uno a uno, la hemos acompañado en todos y le hemos pedido que no nos abandone nunca y que nos ayude para que seamos capaces de amar a Su Hijo, Jesús, igual que Él nos amó hasta el extremo de entregar Su vida por todos nosotros, para redimirnos del pecado. Que seamos humildes y sencillos, igual que Ella y dejemos actuar al Padre en nosotros.
Ha sido una hermosa tarde en compañía de la Madre y la Eucaristía, presidida por D. Miguel Morilla, ha sido muy emotiva, recordándonos que debemos estar Unidos y formar Iglesia del mismo modo que María digamos "Sí" a la voluntad de Dios y dejémoslo actuar en nosotros.
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